Arnold Schwarzenegger tuvo una niñez complicada. El actor, de 71 años, creció en una familia humilde, pero supo manejarse tan bien en los negocios, que empezó siendo fisicoculturista, luego actor hasta conseguir ser gobernador de California.
En 1968, el actor llegó a Estados Unidos con apenas unos billetes en el bolsillo dispuesto a lograr el éxito en el fisicoculturismo. Sin embargo, durante esos años no logró el éxito, por lo que tuvo la gran idea de empezar un negocio de albañilería junto a Franco Columbu, su amigo cercano. “Franco tenía talento en la construcción y eso lo aprendió en Italia y Alemania”, dijo el protagonista de Terminator.
Al ver que nadie los contrataba, decidieron poner un anuncio en el periódico Los Ángeles Times, presentándose como: “Albañiles Europeos Especializados”. Inmediatamente la gente empezó a llamar por sus servicios. Franco, Arnold junto a unos amigos fisicoculturista trabajaron durante dos años en este negocio arreglando chimeneas, patios y muros.
Además de ello, empezaron a vender merchandising, productos informativos, entre otros logrando así su primer millón de dólares.
Con lo ganado, el actor invirtió su dinero comprando propiedades y máquinas de entrenamientos, ampliando así sus negocios hasta convertirse en el adinerado hombre que es hasta el día de hoy.