Columna: “El Último Caudillo” por Mauricio Martínez

Roger Waters se presentó el 17 de noviembre en el Estadio Monumental. El ex Pink Floyd dejó un espectáculo nunca antes visto en nuestra capital y dejó un mensaje para la reflexión. Esto escribe Mauricio Martínez. 

Roger Waters

Escribe: Mauricio Martínez

Luego de lo vivido el pasado sábado 17 de noviembre en el Estadio Monumental en el concierto de Roger Waters tengo algunas reflexiones que compartir con ustedes.

Teniendo como referencia mi columna anterior en donde planteaba la gran contradicción que había en este personaje al proponer un discurso anticapitalista y estar rodeado de capital en cada uno de sus procesos humanos, la idea iba en el sentido de que fácil es filosofar con el estómago lleno, una representación poco popular pero honesta desde mi percepción.

Roger Waters es un espectáculo conceptual, tecnológico, audiovisual, y sobre todo, ideológico que golpea todos tus sentidos y te hace volar al mundo de las ideas como en algún momento lo hizo Platón, sacudiendo tu forma de pensar y llamando la atención desde una postura política de izquierda y que va en contra del que él llama en nuevo fascismo, el genio creativo de Pink Floyd nos pide:

Resistir al ataque global a la libertad de expresión.
Resistir al intento de silenciar a Julián Assange.
Habla de Razán Al Najar, un paramédico asesinado por un francotirador israelí.
Resistir a todo tipo de polución.
Habla de la tierra como un hogar frágil y que podríamos perder.
Alienta la protesta necesaria.
Resistir a las fuerzas políticas militarizadas.
Resistir a la cleptocracia
Resistir a las oligarquías globales
Resistirse a la guerra con Irán.
Resistirse a la alianza infeliz entre la iglesia y el estado.
Resistirse a Mahomad Bi Salman Saud en Arabia Saudí.
Resistirse a Assad en Siria.
Resistirse a Modi en India.
Resistirse a Bolsonaro en Brasil.

Es decir, tenemos al frente a un perfecto espía que ha sabido, inteligentemente, introducirse en un mundo capitalista e insensible para usarlo de forma impecable desde su tribuna y poder comunicar, así como llamar la atención acerca de las injusticias que se están dando en el mundo, mientras tú te tomas una chela y disfrutas felizmente el espectáculo.

En ese sentido, luego de ver la mayor puesta en escena de los últimos 10 años llego a la conclusión que no es contradicción es estrategia.

Estamos pues, frente a Roger Waters, el último caudillo.