Jaime Bayly no habría tenido una buena Navidad en Miami: “Lo que prometía ser feliz, se echó a perder”

Al parecer Jaime Bayly no pasó una buena Navidad, ya que tuvo una mala experiencia en esta fecha, pues así lo confesó en su último video que tituló “Lágrimas en Navidad”.
Reveló qué pasó la noche del 24 de diciembre. | Fuente: YouTube - Jaime Bayly

Recientemente Jaime Bayly compartió con todos sus seguidores, las terribles fiestas navideñas que vivió con su esposa Silvia Núñez y su hija en Miami, pues al parecer no fue una buena experiencia para ellos. Conoce todos los detalles.

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¿Qué le pasó a Jaime Bayly?


A pesar que Jaime Bayly tenía planeado celebrar Navidad en Lima, tras su discusión con su madre al final lo pasó en la isla de Key Biscayne de Miami, en donde reside desde hace décadas. En su canal de YouTube, ayer subió un video titulado “Lágrimas en Navidad”, en donde contó que tuvo diferentes desafortunados sucesos.

Inicialmente Jaime Bayly reveló que había reservado una mesa, en un lujoso restaurante de Miami para pasarlo con Silvia Núñez y su hija junto con una amiga de la menor, pero al final todo se tornó incómodo.

“La amiga declinó porque se sentía indispuesta, estaba enferma. Últimamente, todos hemos estado enfermos en esta isla. A mí me dio una severa gripe, me tuvo a mal traer por casi tres semanas, pero ya estoy casi curado”, señaló.

En esa misma línea, Jaime Bayly reveló que la amiga de su hija no logró ir a la cena y no pudieron disfrutar de la comida, por lo que añadió: 

“Al final me dijo que iba, pero no estaba en condiciones de hacerlo. En el trayecto al restaurante se sentía mucho peor. Pedimos la comida, pero estaba fatal. Estaba tan cansada que no disfrutó ni de la cena ni de la conversación, de nada. En algún momento le dije a mi hija que si estaba tan cansada debió quedarse en casa. Ella se molestó conmigo.”

¿Qué más pasó en estas fiestas?


Asimismo, Jaime Bayly explicó que no disfrutó por completo la Navidad debido a la discusión con su hija y también por su mala experiencia en el restaurante.

“La verdad que no disfruté nada de la cena, ni de la entrada ni del plato de fondo. El lugar me pareció frío, desangelado, la atención me pareció deplorable. Incluso en Navidad o Nochebuena pasan estos accidentes. Lo que prometía ser feliz, porque uno siente la presión de serlo más estos días, de pronto se frustra. De pronto, interviene el azar, la enfermedad, la fatiga y factores que uno no puede controlar. Lo que prometía ser feliz, incluso siendo una cena con la amiga de nuestra hija, se echó a perder”, concluyó el escritor.