El reconocido ‘Príncipe de las Tinieblas’, Ozzy Osbourne, al parecer tiene miedo a algo que jamás sus admiradores se imaginaron. El mismo hombre que hace décadas mordió un murciélago vivo, ahora confesó que tiene miedo a un animal en particular.
¿Cuál es el mayor miedo de Ozzy Osbourne?
Durante uno de los episodios del podcast ‘The Osbournes’, le consultaron a Ozzy Osbourne cuál era su mayor miedo, algo que el músico respondió con total sinceridad hace 3 semanas aproximadamente.
Todo comenzó cuando Jack Osbourne, hijo de Ozzy Osbourne, le pidió a todos que revelaran cuál era su mayor miedo. El músico fue el primero y señaló que le daban a qué le tenía miedo: “Las ratas”. El mismo hombre que mordió la cabeza de un murciélago hace años, tiene miedo a las ratas que, básicamente son murciélagos sin alas.
Asimismo, Ozzy Osbourne a modo de broma reveló otro de sus miedos y añadió: “A mi mujer”, en referencia a su mánager y esposa, Sharon Osbourne.
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La vez que Ozzy Osbourne mordió un murciélago
Todos los seguidores de Ozzy Osbourne recuerdan el 20 de enero de 1982, cuando el músico durante uno de sus conciertos, mordió la cabeza de un murciélago en vivo. Este desafortunado episodio ocurrió hace 40 años y aunque duró solo un par de segundos, generó una gran polémica dentro del mundo del metal.
En un documental, Ozzy Osbourne explicó por qué llegó a tomar esa particular decisión, en medio de su concierto:
“Siempre me gustaron las películas antiguas que solían tener estas peleas de pasteles. Me dio la idea de arrojar, en lugar de un pastel, trozos de carne y partes de animales a la audiencia. Pensé que era gracioso. Ellos lanzaban testículos de oveja, serpientes vivas, ratas muertas, todo tipo de cosas. Una vez, alguien arrojó una rana viva al escenario. Era la rana más grande que había visto y aterrizó boca arriba”.
Sin embargo, esa noche alguien le arrojó a Ozzy Osbourne un murciélago aparentemente vivo, por lo que su boca se llenó de sangre y la multitud miraba con horror.
“Pensé que era de goma. Lo recogí, me lo puse en la boca, lo mastiqué, lo mordí, siendo el payaso que soy (...) Los murciélagos son los mayores portadores de rabia en el mundo. Y tuve que ir al hospital después y me empezaron a poner vacunas contra la rabia. Tenía que ponerme una en cada nalga todas las noches”, añadió sobre aquella experiencia que quedó marcado en su vida.