Tras poco menos de ocho años de su debut el 16 de noviembre de 2004, el británico Hugh Laurie colgará la bata que lo convirtió en uno de los médicos más queridos de la pantalla chica a pesar de sus malas actitudes, todo un antihéroe.
La última entrega de la serie, “Everybody Dies” está hecha para sorprender a propios y extraños, con el doctor encontrando la libertad manejando una motocicleta hasta el horizonte.
Al inicio del capítulo, House es obligado a contemplar su propia vida para decidir qué hará en el futuro para luchar con sus problemas internos por un paciente adicto a los fármacos.
El doctor se encuentra en una casa en llamas, donde decidirá si abandonarla y sobrevivir o quedarse para acabar con su vida. House decanta por abandonar el inmueble, sin embargo la estructura colapsa.
Ya en su funeral, el doctor James Wilson recibe un mensaje de parte de House, siendo el único que se entera de que sobrevivió al incendio. House luego confronta a Wilson, quien padece cáncer terminal, y le pregunta qué quiere hacer.
En el hospital, Chase toma la posición de House y Cameron tiene un bebé luego de casarse, sin embargo, extrañan al excéntrico doctor.
Al final, House y Wilson aparecen sobre motocicletas antes de partir sin una dirección definida. Al ver preocupado a Wilson por su enfermedad, House le dice: “El cáncer es aburrido”.