Bajo los estereotipos que todo el mundo cree del típico metalero con el cabello largo, la ropa negra, la pose enfadada y el ruido, casi siempre hay alguien tranquilo y afable. Ahora, sin embargo, esta teoría no escrita tiene un apoyo científico o, al menos, uno de esos estudios que aseguran serlo. La Universidad de Queensland ha hecho público un artículo en el que se discuten otros trabajos que veían una relación entre música agresiva y tendencias delictivas. Según la doctora en psicología Genevieve Dingle, el efecto de estilos extremos como el metal es, muy al contrario, tan calmante “como el de un abrazo”.
Noticias Relacionadas:
- The Rolling Stones: El baterista Charlie Watts falleció a los 80 años.
- ¡Metallica da conciertos por solo 20 dólares!
Un estudio de la Universidad de Queensland asegura que el heavy y otros estilos provocan en el oyente un efecto similar al de un abrazo.
Este estudio, basado en las reacciones de 39 aficionados a estos género musical de entre 18 y 34 años, el heavy metal “ayuda a procesar la ira” y “regula la tristeza”. “Cuando están enfadados”, explica la estudiante Leah Sharman, “a los fans de la música extrema les gusta escuchar música que pueda igualar esa ira”. Los resultados muestran que los individuos sometidos a las pruebas vieron como sus niveles de hostilidad y estrés se reducían después de escuchar estas canciones.
A los participantes se les sometió a 16 minutos de “inducción a la ira”, en los que se les pidió que hablasen de temas que les provocasen algún tipo de malestar, como el trabajo o el dinero. Seguidamente podían escuchar música a su elección durante 10 minutos, y durante otros diez permanecían en silencio absoluto. Entre los géneros utilizados encontramos, además del metal, hardcore, punk o screamo.
Los resultados del estudio parecen claros, pero también dejan una ventana abierta a la duda.
¿Se repetirían estos datos sin los individuos estuviesen en la soledad de su habitación y no monitorizados en un laboratorio? A falta de una confirmación científica, parece que se cumple lo que muchos sospechaban: el metal amansa a las fieras.