Hoy celebramos lo que hace 23 años fue un gran día para la música y el rock de los noventa. Fue un 24 de setiembre cuando se publicaban dos de los discos más impactantes de la década: Nevermind de Nirvana y Blood Sugar Sex Magik de los Red Hot Chili Peppers.
La banda integrada por Kurt Cobain, Dave Grohl y Krist Novoselic llegaban con su segundo álbum de estudio, álbum que será recordado por siempre, desde su portada hasta sus letras. Quizás Nevermind sea el disco menos alternativo del rock alternativo, pero logró resumir y concentrar el movimiento grunge que venía gestándose desde los ochenta.
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Así, esta entrega de los incomprendidos chicos de Seattle, llega a convertirse en un referente imprescindible en cualquier mención del rock noventero, teniendo en cuenta, además, al particular bebé intentando atrapar un billete de un dolar bajo el agua que nos viene a la mente cada vez que escuchamos temas como "In Bloom", "Breed", "Come as you are" o "Smells like teen spirit".
Por su parte, los californianos de Red Hot Chili Peppers demostraron que no todas las bandas se estancan en un disco debut. Blood Sugar Sex Magik es, según muchos críticos, uno de los álbumes mejor logrados de la banda. Y no se puede negar al notar el gran trabajo de temas que se complementan y consiguen una armonía envidiable al paso de cada track.
Canciones como "Give it away", "Under the bridge", "Breaking the girl" y "Suck my kiss", entre otros, figuran como la prueba de que 1991 fue un exitoso mix para experimentación musical.
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Nadie puede negar que Nirvana y Red Hot Chili Peppers, al margen de si te gusten o no, son un paso importante en la historia del rock, un paso que llegó sin el permiso de nadie y con toda la actitud desenfrenada que una década tan importante como los 90 podía dejar.