Era diciembre de 1969, George Harrison ya alejado de The Beatles, realizaba algunas presentaciones con el grupo Delaney y Bonnie, en la ciudad de Copenhagen, Dinamarca. Luego de una conferencia, el ex beatle empezó a tocar algunos acordes con las palabras “Hallelujah” y “Hare Krishna”. Así nacía “My Sweet Lord”
A su regreso a Londres, trabajó con su banda en las letras y se la entregó a su amigo Billy Preston, quien la incluyó en el disco “Encouraging Words” estrenado en setiembre de 1970. Sin embargo, Harrison también la añadiría a su álbum “All thing must pass”, que en Inglaterra no se estrenó hasta el 15 de enero de 1971.
En la voz de Harrison, la canción alcanzó gran éxito, pero también fue acusada de plagio por el editor de la banda Chiffons. Este afirmaba que el músico había copiado la canción de Ronnie Mack, “He’s so fine”. La demanda fue aceptada y la sentencia, dictada en una corte de Nueva York, indicó que George ‘deliberadamente o insconcientemente plagió la canción’.
En su momento Harrison, comentó que su inspiración fue la versión de ‘Oh Happy Day’ hecha por Edwin Hawkins Singers. “Nunca estuve consciente de la similitud entre “My Swet Lord” y “He’s so Fine” cuando la escribí. Pero cuando la estrené, algunos me lo comentaron y me dije ‘¿Cómo no me pude dar cuenta?’. Hubiera sido más sencillo cambiar una nota y no afectar la canción", dijo el músico.
Pese a las acusaciones, el hit de Harrison logró ubicarlo en la primera posición, siendo el primer beatle en conseguir este puesto en su carrera como solista. Tras su muerte en el 2001, el tema volvió a ser número 1 y las ventas se entregaron a la fundación Material World Charitable, para ayudar a niños de escasos recursos.