Era un 28 de marzo de 1996, Phil Collins era el vocalista y baterista de Genesis, posta que tomó tras la salida de Peter Gabriel en 1975.
En 1991, tras el lanzamiento de “We Can´t Dance”, sintió la necesidad de tomar las riendas de una carrera en solitario. Pero se tomó las cosas con calma para pensar muy bien cuál sería su objetivo, por eso esperó concluir el tour para comunicarle a sus compañeros Mike Rutherford y Tony Banks su decisión.
“Genesis, una de las bandas de rock más exitosas del mundo, se encuentra en busca de un nuevo vocalista”. Así empezaba el comunicado de la banda. “En los últimos 20 años, Phil Collins ha sido nuestro cantante con gran aceptación. Hoy, sin embargo, ha decidido seguir adelante con proyectos en solitario”, finalizaba el texto oficial de la banda.
Tras conocerse la noticia, Collins se vio forzado a responder las preguntas de la prensa a las que él respondía: “Estuve en Genesis casi 25 años, es momento de cambiar de dirección. Por ahora haré música para películas, algo de jazz y seguiré con una carrera como solista. Les deseo a mis compañeros lo mejor. Seguimos siendo los mejores amigos”, comentaba por ese entonces.
Años después, una autobiografía de Rutherford, destacaba el trabajo de Collins. “Ahora me doy cuenta que pudo ser extraño para el ser el baterista y cantante. No me sorprendió que se haya ido, me sorprendió más que no lo haya hecho antes”, explicaba por ese entonces.