La explanada del Estadio Monumental se convirtió en una máquina del tiempo cuando el cantante Sting se apoderó del escenario para deleitar a la fanaticada presente con algunos de los grandes éxitos que lo han convertido en una leyenda viva y referente de más de una generación.
La velada arrancó a las 9:25 de la noche con 45 músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional que se encontraba a la espera del intérprete, frente a un auditorio casi lleno.
Un par de minutos después, el inglés apareció en escena, luciendo una elegante camisa negra satinada, con franjas blancas y unos jeans oscuros ceñidos.
“¡Cómo estás, Lima! ¡Cómo está todo! Detrás mío la orquesta sinfónica”, gritó -en medio de un mar de incansables aplausos y sonidos estridentes-, antes de dar inicio a su repertorio con el tema "If I Ever Lose My Faith In You", sujetando una armónica entre las manos.
Luego, siguió la noche con "Every Little Thing She Does Is Magic", "Englishman In New York", "Roxanne" -canción que tocó con guitarra acústica-, "Straight To My Heart" y "When We Dance".
Uno de los momentos más intensos del concierto llegó con "Russians", tema con el que la sinfónica realmente se lució, al punto que el mismo Sting pidió un aplauso para sus acompañantes.
"I Hung My Head", "Shape Of My Heart", "Why Should I Cry For You", "Whenever I Say Your Name" y "Next To You" fueron otros de los hits que interpretó el inglés antes de hacer una pausa de 20 minutos.
Tras la breve espera, el escenario vibró más que nunca con "A Thousand Years", "This Cowboy Song", "Moon Over Bourbon Street", "All Would Envy", "Mad About You", "King of Pain", mientras el público aplaudía y coreaba sin descanso.
Sin embargo, la euforia terminó por desatarse a las 11:33 de la noche, cuando Sting revivió el mítico tema "Every Breath You Take", de la agrupación The Police, frente a un mar de fieles admiradores que escuchaban cada verso atentamente.
"Desert Rose", "She’s Too Good For Me", "The Hounds of Winter" y "Message In A Bottle" fueron las canciones con las que el ganador del Grammy -luciendo un chullo peruano en su cabeza- puso fin a su primer concierto en Lima, no sin antes decir: “¡Lima, gracias! ¡Buenas noches!”.
Renzo Napa Díaz