Los Prisioneros no seguían las reglas. Ellos en los escenarios eran amos y señores. No había quien los detuviera o controlara cada una de sus palabras y el Festival Viña del Mar no fue la excepción.
En el 2003, el grupo chileno fue invitado a cerrar el evento, pero los organizadores les pidieron no tocar temas controversiales como "Sexo", o hacer comentarios que dañen la imagen del festival; pero fiel a su estilo, hicieron todo lo contrario.
Durante el show, Jorge González lanzó expresiones de grueso calibre contra el gobierno, contra George W. Bush, la Iglesia Católica y hasta contra el canal de televisión que lo transmitió. “Faltaron a su palabra”, fueron las palabras del director de las transmisiones de televisión del festival, Cristián San Miguel, luego de ver la presentación.
Pese a todo, el público disfrutó del espectáculo del grupo, siendo ovacionados de principio a fin. Esta presentación se convirtió en una de las más polémicas en la historia del festival.